domingo, 10 de octubre de 2010

Divagaciones en torno al pasado

¿Qué separa el pasado del más allá? ¿Un paso? ¿Un instante? ¿Un soplo? ¿Acaso aquellos seres queridos o antepasados desconocidos que han muerto y vemos en fotografías no están en lo que se denomina "el más allá"?  Y sin embargo, para nosotros están en el pasado. En nuestro pasado. Y permanecen vivos gracias a esas imágnes tomadas a buen seguro con ilusión para que ese instante perdurara, como así es.  Para los muertos, esos instantes captados con la cámara no son más que constancia de que en un tiempo estuvieron vivos en la tierra. Pero ahora, estáticos, probablemente sonrientes, nos miran desde la fotografía para recordarnos que desde el más allá, desde  nuestro pasado, todavía están con nosotros. Y que algún día estaremos con ellos. En el más allá. En el pasado de alguien.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Esperada lluvia

Está cayendo un chaparrón de campeonato. Toda la tarde.
Es una lluvia deseada desde hace tiempo, aquí en el campo. Ya tenía que haber llovido muchos días atrás. En estos campos resecos no brotal a hierba . Y si la hierba no  brota en esta época y lo hace más tarde, cuando ya se ha sembrado el cereal, se mezclan ambas semillas y son son un buen maridaje.
La tierra recibe hoy este agua con gusto y la engulle con avidez, para resarcirse de la sed que ha pasado y prepararse para el invierno. Una vez haya brotado la hierba y se acerque la hora de sembrar, se dejarán los campos limpios de todo rastrojo y se removerá la tierra para esponjarla, airearla, renovarla, preparándola así para recibir las simientes de donde brotará nueva vida.
Esto deberíamos hacer todos en esta época. Deshacernos de todas las malas hierbas que llevamos dentro y prepararnos para recibir las semillas que la vida quiera darnos y así renacer renovados en el  ciclo de la vida.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tuve un sueño

Tuve un sueño, dormida o en duermevela, en el que oí la voz de mi abuela paterna, que murió cuando yo sólo tenía dos años, y vi su rostro, conocido por múltiples fotografías.
Su mal genio era conocido por todos -familia, vecinos, lugareños...- y en esta especie de sueño/estado alfa me espetaba con enojo, con una ira cargada de cariño, algo así como ¿no te da vergüenza llevar aquí dos meses y no haber ido a visitarnos ningún día al cementerio?
Glups.
Si me hubiera conocido de mayor sabría que no soy amante de los cementerios ni de visitar tumbas, a no ser que tengan alguna importancia histórica. Mis muertos amados, mis amados muertos, no están en ninguna tumba. Están haciendo su camino en otra dimensión y conmigo cuando hace falta.
A lo que iba.
Aquella especie de sueño produjo un gran efecto en mí. Lo percibí tan real que no pude por menos que levantarme de la cama y disponerme a ir al cementerio. He de decir que ya era hora de levantarse, pero me di prisa porque sentía como si un imán me atrajera hacia el cementerio, situado en las afueras del pueblo. Por el camino, un trayecto de unos quince minutos, fui recogiendo plantas y flores silvestres para no llegar allí con las manos vacías. Como si fuera de visita y me viera obligada a llevar algún obsequio. En el estado de flotación mental en que me encontraba percibí que a mi abuela le gustaría.
Entré en el pequeño cementerio, no sin cierto recelo, y con paso decidido y sin mirar a los lados me dirigí hacia donde se encuentran los restos de varios antepasados míos.  Una vez allí me quedé de pie como pasmada, dejé el material silvestre en el suelo porque no había donde ponerlo, y me quedé unos minutos quieta sin pensar en nada. ¿Creeréis que sentí una paz que hacía tiempo que no sentía? ¿Creeréis que sentí el amor de mis abuelos, que murieron siendo yo muy pequeña y de los que no guardo ningún recuerdo consciente?

Salí del cementerio con el mismo paso decidido y sin mirar a los lados que cuando había entrado. Pero algo había cambiado en mí.
Ahora voy cada semana allí a disfrutar de unos minutos de paz y de amor.
Todo esto porque tuve un sueño... ¿o tal vez no fue un sueño?

viernes, 27 de agosto de 2010

II PREMI JORDI PÀMIAS

II
PREMI
JORDI PÀMIAS
Primera. PODRAN OPTAR AL PREMI
"Jordi Pàmias" les obres de poesia originals
i inèdites, escrites en català per persones
majors de 18 anys.
Segona. LES OBRES que aspirin a
aquest premi hauran de tenir una extensió
mínima de 300 versos o màxima de 450.
Els treballs s’han de presentar en suport
informàtic juntament amb 6 còpies impreses,
enquadernades i amb les pàgines degudament
numerades, amb títol i pseudònim.
S’acompanyaran d’una plica tancada a
l’exterior de la qual hi gurarà el títol o lema
i a l’interior, la identi cació, l’adreça, el
correu-e i el telèfon de l’autor, a més a més
del títol original. Els treballs s’han d’adreçar
a l’entitat convocant dins d’un sobre amb la
cita “II convocatòria PREMI JORDI PÀMIAS”
Tercera. ELS AUTORS DE LES OBRES de
poesia presentades es comprometen a no retirarles
abans de fer-se públic el veredicte del jurat.
La presentació d'una obra comporta així mateix
que l'autor no té compromesos els seus drets
d'edició, que no ha estat presentada a cap altre
concurs pendent d'adjudicació i que no ha estat
premiada en altres concursos.
Quarta. L'IMPORT DEL PREMI serà de
2.000€. Aquest import estarà sotmès a la legislació
tributària vigent.
Cinquena. PAGÉS EDITORS publicarà l’obra
guanyadora i signarà un contracte d’edició
d’acord amb la llei de propietat intel·lectual i els
usos i costums.
Sisena. L'ADJUDICACIÓ DEL PREMI serà
feta per un jurat format per Albert Turull
(President), Josep Borrell, Robert Cama, Rosa
Fabregat, Francesc Pané i Claustre Oliveres
(Secretari).
Setena. EL JURAT DEL PREMI Jordi Pàmias
de poesia seguirà el procediment de votacions
successives ns a obtenir una majoria de vots a
favor d'una obra determinada que serà la
guanyadora. El premi no podrà ser dividit
en cap cas; el jurat, però, podrà declarar-lo
no adjudicat..
Vuitena. LES OBRES ASPIRANTS al
premi de poesia "Jordi Pàmias" hauran de
ser presentades abans del 17 de setembre de
2010 a l’Ajuntament de Guissona, Espai
Fassina, Plaça del Vell Pla, 7, 25210 Guissona
(La Segarra).
Novena. L'ADJUDICACIÓ DEL PREMI
Jordi Pàmias tindrà lloc el dissabte, 23
d’octubre de 2010. El veredicte del jurat
serà inapel·lable.
Desena. A PARTIR D’UN MES DESPRÉS
de l'adjudicació, i ns al 31 de desembre
de 2010, les obres no premiades
podran ser retirades de l’Ajuntament de
Guissona prèvia presentació del DNI de
l’autor. Passat aquest termini, l’Ajuntament
no es responsabilitza de la conservació dels
originals no retirats.
Onzena. LA PRESENTACIÓ dels originals
pressuposa l'acceptació de les bases i
dels drets i les obligacions que se'n deriven.
BASES BASES
BASES
BASESBASES

lunes, 2 de agosto de 2010

Toros y olé: polémica veraniega

Nunca me ha gustado el espectáculo llamado "corrida de toros".  Me parece cruel y me resulta sumamente repulsivo. Estoy en contra de hacer sufrir a los animales; incluso a los domésticos: he tenido perros y  cuando alguno ha  padecido una  enfermedad sin esperanza alguna de recuperación, con todo mi dolor lo he sacrificado. (La eutanasia con los animales no está prohibida. ¿Somos más caritativos con estos que con las personas? En fin, ese es otro tema.)
Volviendo a los toros. Cuando era jovencita, una mujer francesa me definió el toreo como "la lucha entre la inteligencia del hombre y la fuerza del toro". Me impresionó esta imagen y me gustó. Me pareció acertada.
Creo que en esta polémica -serpiente de verano, ¿no?- tanto los que defienden este "arte" como los que lo repudian por sádico tienen su punto de razón. 
Hay estampas del toreo, posturas del torero con la capa, la muleta o lo que sea, utilizando su inteligencia para dominar al fuerte animal, que son de una gran belleza. La estilización misma del propio torero, con su traje ajustado, su flexibilidad, su agilidad, sus  exagerados movimientos para someter al toro con elegancia son como imágenes salidas de un cuadro.
El asunto se estropea cuando empiezan a aparecer los torturadores. ¿Qué sentido tiene acribillar al animal a pinchazos? Imagino que se trata de facilitarle la tarea al torero: matar al toro. En estas circunstancias ya no se trata de la lucha entre la inteligencia del hombre y la fuerza del animal, se trata de una injusta lucha entre una criatura con toda su inteligencia y su fuerza y otra criatura con la fuerza mermada adrede y lentamente para regocijo de algunos.

Y yo me pregunto: ¿Por qué no nos quedamos con la estética del arte (esta vez sin comillas) del toreo y eliminamos el ensañamiento y la muerte?  Y si estos toros son criados con la finalidad de morir en la plaza, que el torero "se lo toree" hasta someterlo y entonces lo mate de una certera estocada. Entonces sí sería la inteligencia contra la fuerza, sin trampa ni cartón. Y si en algún caso la fuerza es superior a la inteligencia... bueno, esa es la regla del juego. Lo otro me parece una cobardía y una asquerosidad.
¡Ah!, y lo que más me abochorna y enardece es que lo llamen "fiesta nacional". Invito a los catalanes, y a los miembros de otras comunidades, que estén de acuerdo conmigo a que reivindiquen la abolición de este término.
Y no hablaré del movimiento de dinero que supone este espectáculo, porque ya me extendería demasiado.

sábado, 24 de julio de 2010

Extraordinaria velada poética. (Rara avis)

Anoche asistí, invitada, a una velada poética de lo más deliciosa y extraordinaria. Bajo las amplias ramas protectoras de un nogal, plantado hace veintisiete años por el dueño de la casa, un grupo heterogéneo de  personas -mujeres y hombres de todas las edades, incluso niños, que se portaron de maravilla- sentados en corro alrededor del tronco del nogal, al que jocosamente el grupo llama "el tótem", fue leyendo en voz alta un poema. Cada uno compartía con los demás un poema que le gustaba en especial, sólo por el placer de compartirlo. Había un poeta famoso, sentado entre los demás como un participante cualquiera.  Alguien leyó algún poema propio. Ningún aplauso después de cada lectura. Sólo un gran aplauso final al terminar la ronda. Se hicieron tres rondas.
¡Qué delicia -y qué cosa tan poco corriente- leer y escuchar poesía  con personas sin ego, sin vanidad, sin envidia, sin celos! Sólo el placer de la poesía y de la amistad. Bajo un totémico nogal y una espléndida luna llena. Placer desnudo de toda intención  salvo la de dar a conocer a otros un poema que por alguna razón te ha emocionado más que otro. Placer que impregnaba el ambiente,  se respiraba y se introducía en todos tus poros. 
Sólo conocía a dos personas del grupo, las que me invitaron a asistir, pero regresé a casa con una sensación de plenitud que hacía tiempo que no sentía. Regresé a casa con un montón de amigos, a muchos de los cuales tal vez no volveré a ver jamás o cuyo nombre ni siquiera sé. Pero el gozo de compartir poesía sin ego -algo tan difícil, tan escaso- nos unió para siempre.

viernes, 9 de julio de 2010

Toque a difuntos

Esta mañana, esperaba a que el campanario del pueblecito donde me encuentro diera las diez, cuando ha empezado a sonar. Pero al tercer toque ya me he dado cuenta de que no era el tercer cuarto. He dejado lo que estaba haciendo y me he parado a escuchar. Era un toque extraño para mí, no lograba captarle el ritmo. Eso sí: era un toque lento, acompasado, ceremonioso, triste. Una nota alta, una más baja, otra intermedia, otra... y otra... y otra...
El día había amanecido nublado y una densa capa de calor me envolvía. A esa hora ya reina el bullicio en la ciudad, pero no aquí . El silencio era absoluto salvo por el resonar de las campanas. Creo que hoy ni los pájaros cantaban.
De repente se me ha puesto la piel de gallina. Ayer me enteré de que había fallecido una anciana de 100 años, y aquellas campanas lo anunciaban al pueblo entero. Era el famoso antiguo toque de difuntos.
Una extraña melancolía se ha apoderado de mí.
En este pueblo están enterrados gran parte de mis antepasados, y era como si esas campanas sonaran por ellos y me dieran la bienvenida (macabra bienvenida, pero para mí  era dulce, amorosa...) ahora que  he decidido venir aquí a rescatar su memoria.
Han sido unos instantes de profunda y extraña emoción, pues no conocía a la persona fallecida.
Me parece excelente que se conserve la tradición de utilizar las campanas para comunicar noticias a todo el pueblo. Espero que las nuevas tecnologías no acaben con esta práctica.

jueves, 1 de julio de 2010

¿Todavía te decepciona la gente? Ilusa...

Pues sí, soy tan ilusa que todavía creo en la gente. Para empezar, si no  he hecho ningún daño a nadie, ¿por qué voy a pensar que alguien me lo va a hacer a mí? Hasta que me lo hacen, más o menos consciente o inconscientemente. Y entonces me derrumbo. Y me flagelo. Ilusa. Estúpida. Inocente. A tu edad... ¿todavía con el lirio en la mano?
Envidia, soberbia, egoísmo, ineptitud, y a veces simple estupidez, por no decir maldad. Todo aflora algún día, en algún momento, y aquella persona a la que no sólo tenías en gran estima sino por la que sentías admiración en el instante menos pensado cae en alguna de estas trampas que todos llevamos dentro y zas, te la pega. La puñalada trapera. 
Y una no aprende nunca. Y una está cada vez más cansada. Y una al final dice que se vayan todos allí donde huele mal, que es el lugar que les corresponde. Y una huye hacia otro lugar, en busca de una paz que sabe que no encontrará. Porque volverá a encontrarse con la envidia, la soberbia, el egoísmo, la ineptitud y a veces la simple estupidez por no decir maldad.
Porque en el fondo, una sabe que todo reside en una misma. Una sabe que allá adonde vaya estará siempre sola consigo misma. Una sabe que no hay nadie sino una misma. Y esto a veces da miedo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Sin noticias

¡Cuántos días sin escribir nada aquí! Lo echaba de menos, pero  a veces las circunstancias nos superan, nos absorben, nos abducen... y nos llevan por caminos que nos alejan de lo que realmente queremos hacer. O tal vez nos provocan una desidia que nos impide hacerlo. Pero aquí estoy de nuevo aunque en estos momentos mi cerebro anda un poco liadillo y no está para largas parrafadas.
Volveré.

lunes, 19 de abril de 2010

Naturaleza vs economía y técnica y otras divagaciones

Aunque soy de temperamento nervioso y talante protestón, el cierre del aeropuerto de El Prat el domingo 18 de abril me pilló allí y no me dio el telele airado de otras ocasiones.
 Tenía que ir a Granada en un vuelo que salía a las 7.30. A las 10 por fin anunciaron por megafonía que por razones de seguridad cerraban el aeropuerto. Me alegré. El cielo tenía un aspecto que, dadas las circunstancias, no resultaba muy atractivo para viajar en avión. Jamás me ha dado miedo el avión, pero si ayer me hubieran dejado embarcar no sé si  lo habría hecho.
Aceptamos con resignación lo que no se podía remediar y he de decir que, en lo que a mí respecta, no tengo ninguna queja. En todo caso el que no hubieran cerrado el aeropuerto antes, en lugar de tenernos en la incertidumbre tanto tiempo (al menos los que estábamos allí desde tan temprano). Las maletas salieron enseguida. Las colas para cambiar de billete eran larguísimas, como es de suponer, pero mi compañía aérea, Vueling, iba repartiendo botellines de agua (no sé lo que hicieron las demás). En la cola nadie se quejaba: todo el mundo era consciente de que no había más culpable que el volcán.
Dos horas y media de cola dan para bastante: charlar con desconocidos, hacer amistades fugaces pero intensas en aquellos momentos y, sobre todo, pensar y reflexionar.
¿Qué pensé? Muchas cosas, por ejemplo, que si no se hubieran inventado los aviones no nos habríamos encontrado en aquella situación (jaja, en momentos así o te ríes o te haces el harakiri). La técnica avanza que es una barbaridad, creo que decía una zarzuela que mi padre escuchaba a menudo, pero no tiene en cuenta la Naturaleza. Claro, si el volcán de Islandia, de nombre impronunciable e imposible de recordar para mí, hacía unos 250 años que estaba quieto, ¿quién iba a pensar que un día de abril de 2010 daría señales de vida?
 Y yo, en el fondo en el fondo me alegraba un poquitín de que la Naturaleza nos hubiera dado un toque de atención -y sin causar víctimas-  para recordarnos su existencia y su poder sobre el hombre y todo lo que la técnica pueda crear.
También pensé que estamos tan acostumbrados a la comodidad que cuando la Naturaleza nos la arrebata nos rebelamos y no recordamos que todo tiene dos caras, como las monedas: ventajas e inconvenientes. Mala suerte si la erupción del volcán te pilló cuando tenías que viajar en avión.
Lo que sí me ha sacado de mis casillas esta mañana ha sido  escuchar en la radio la noticia de que las compañías aéreas presionan a los aeropuertos para que abran debido a las grandes pérdidas económicas que este incidente representa para ellas y las nefastas consecuencias que va a tener en la (según dicen) incipiente recuperación de la economía mundial.
Es cierto que esto va a ocurrir.  Y ha causado grandes inconvenientes a muchas personas. También ha servido para que algunos hayan hecho un negocio inesperado: los transportes por vía terrestre y los hoteles, por poner un ejemplo. Pero lo que me indigna  -y me entristece- es vivir en una sociedad en la que el miedo a las pérdidas económicas prevalece sobre la seguridad de las personas, en la que la vida carece de valor o lo pierde ante el dinero. Me parece que estamos perdiendo el Norte, si no lo hemos perdido ya.
Y sí, más bien soy contraria a la técnica, por mucho que nos facilite la vida.

viernes, 9 de abril de 2010

Sistema escolar ¿catalán? ¿español? ¡Marciano! (con todos mis respetos por los marcianos)

¿¿¿Cómo es posible que pidas plaza escolar para tu hija en un colegio bilingüe y LAICO y al no poder entrar en el que has solicitado porque no hay plazas te la envíen a uno monolingüe y DE CURAS??? No entiendo esta sociedad, este mundo. ¿Es libre una sociedad que no puede elegir dónde y cómo quiere educar a sus hijos, la sociedad del futuro? ¿Es humano hacer esperar a los padres un mes y medio para saber dónde van a "colocar" a su hijo, en la  era de la técnica, de la información instantánea, de los robots? ¿Es lógico que sólo puedas acceder a los colegios de tu barrio -con la consiguiente creación de guetos que ello conlleva- y después se pasen por el forro todos los demás criterios?
Repito: no entiendo nada. Y me irrita mucho, por decirlo de forma educada, no entender las cosas.

jueves, 1 de abril de 2010

Dolor (I)

Estoy en la cama. Me despierto. Es hora de levantarse. Voy a darme la vuelta y mi  cuerpo no  responde. Intento incorporarme. No puedo. Intento encoger las piernas. No puedo. Un instante de pánico. Dos. Respiro hondo. Alargo los brazos, me agarro al borde del colchón y a duras penas me arrastro casi hasta el borde. Vuelvo a intentar levantarme. Imposible. Otro instante de pánico. Otra inspiración profunda. Mi cuerpo está tieso como una tabla de planchar. Pienso. Logro coger el móvil de la mesilla de noche. Llamo a mi vecina amiga, amiga vecina, que vive en el piso de al lado y tiene llave de mi casa. No puedo moverme. No sé lo que me pasa. No te preocupes, ahora voy.
Llega. Levanta la persiana de la habitación. Me ayuda a incorporarme y siento una punzada de dolor como si me pasara la corriente desde la punta del dedo gordo del pie derecho hasta el cerebro, donde se incrusta. Su recuerdo permanecerá allí para siempre. Consigo medio sentarme en el borde de la cama. Imposible levantar el pie para poner una zapatilla. Voy descalza, ayudada por mi vecina amiga y por la pared, hasta el baño. El dolor es insoportable. ¿Insoportable? Lo soporto. Vuelvo al dormitorio y me arrojo en plancha sobre la cama. Completamente tiesa. Bañada en sudor. Conteniendo las lágrimas. Con taquicardia. Jadeando fuerte. Unos instantes. Unos minutos. De nuevo hago uso de la técnica de agarrarme al primer borde de la cama que está a mi alcance para colocarme en una postura digna. Cualquier movimiento me produce una descarga eléctrica de dolor desde la punta del pie hasta la punta de mis cortos cabellos. Mi vecina amiga, mi amiga vecina, me trae una infusión y un yogur. Imposible sentarme en la cama. Imposible incorporarme. Mi cuerpo no quiere doblarse. Difícil, tomarse un yogur tumbada. Pero no imposible. Los líquidos, con una pajita de plástico de esas que se doblan, son fáciles de ingerir. Mi vecina amiga, amiga vecina, tiene que irse a trabajar.
Me quedo sola en casa, en la cama, buscando con temor y lentitud una postura en la que no sienta ese electrizante dolor que ahora me tortura aunque no me mueva. La encuentro. Me quedo en ella. Y empiezo a pensar, a planear la logística.
(Continuará)

sábado, 13 de marzo de 2010

La caja de novia de la bisabuela

Una tarde de nostalgia abro la caja de novia de mi bisabuela o tal vez de mi tatarabuela, en la que guardo algunos restos de lo que por aquellas épocas fuera lo que se llama -o llamaba- una familia rica de  pueblo. No había tocado su contenido desde el día en que llegó a casa, vacía, y la llené con lo que estaba en las cajas de cartón que la acompañaban. Con prisas. Con descuido. Con vergüenza casi.  Con el pensamiento en otro sitio. Como si fueran objetos robados.
A veces la abría y miraba su contenido. Pero no tocaba nada. Sentía una especie de pudor, como si atisbara en caja ajena. Sabía que allí había sábanas de hilo con iniciales bordadas y hermosos encajes, camisones de hilo con adornos parecidos, toallas y  enormes manteles de hilo adamascado...
Cuando por fin vencí ese pudor, vi maravillas, como Howard Carter dijo al ver el tesoro de la tumba de Tutankhamón a través de un pequeño boquete en la pared y alumbrando con una vela. Auténticas maravillas de tela y encajes:  impecables, envuelta en papel de celofán cada pieza, sin estrenar. Iniciales diferentes. Algunas de ellas, grandes letras de complicados diseños y con florituras tan elaboradas que casi impiden reconocerlas, dibujadas y a medio bordar. ¿Qué ocurrió para que no se terminara la labor?¿Murió la persona que la hacía? ¿Se cansó de ella? ¿Tuvo que hacerse cargo de otras obligaciones y el bordado pasó al olvido? ¿Por qué está todo sin estrenar? ¿Tanto tenían que no vivieron lo suficiente para gastarlo? ¿O no lo usaban porque era demasiado valioso y bello?
Demasiadas preguntas que jamás tendrán respuesta.

Trato de imaginarme a aquellas mujeres: cómo vivían, qué sentían, con qué se emocionaban, con qué se airaban, para las que se confeccionaron estas  piezas (seguramente ellas mismas lo hicieron) que han ido pasando de generación en generación y finalmente han llegado hasta mí. Ahora el pudor del principio se ha convertido en amor por esas antepasadas mías  a las que no conocí, salvo  mi madre. Les doy las gracias por haberme dado parte de la sangre que llevo en mis venas y por esos maravillosos camisones y sábanas de hilo, entre las que duermo feliz por el agradable tacto de ese tejido y por el cariño y la protección que percibo que desprenden y que me envuelven, como si mi bisabuela, mi abuela y mi madre me arroparan con aquellas sábanas que ellas no pudieron o no quisieron utilizar. Como si las hubieran guardado para mí. Para que  les rinda homenaje. Para que las recuerde y las ame. Y detrás de mí van otras dos generaciones de mujeres que todavía podrán disfrutar de este precioso legado de sus antepasadas, entre las que algún día también yo  me encontraré.

domingo, 28 de febrero de 2010

Terremoto de Chile y destino

Esta mañana, al entrar en el quiosco librería donde suelo comprar el periódico, había una chica de unos treintaytantos años acercándose al mostrador, donde había un periódico abierto, y alejándose de él. Como quien pasea mientras espera. Emilio, el amable quiosquero peruano con el que mantengo largas (o breves, según el trabajo que haya) conversaciones sobre historia, política o lo que se tercie, me ha preguntado si sabía dónde estaba la calle Casp. Le he contestado, ha mirado en la guía, me ha comentado que allí se encontraba el Consulado de Chile y la chica se ha acercado a nosotros. Me ha mirado y   ha dicho con voz leve: «Es que soy chilena. Llegué ayer. Y hoy veo esto -señalando el periódico- que sucedió mientras yo volaba hacia aquí. No sé nada de mi familia».
Sus ojos mostraban la inexpresividad que causan la perplejidad, el anonadamiento y el dolor intensos.  Sin duda en su subconsciente flotaba la idea: "Si yo no hubiera estado en ese avión...".
No puedo quitarme esa escena de la cabeza. Aquellos ojos. Aquella aparente serenidad. Aquella angustia contenida que rezumaba de todo su cuerpo. Todavía se me pone la piel de gallina al recordarla.

jueves, 25 de febrero de 2010

¡¡¡Grrrrrr!!!

Esta rata de biblioteca está furiosa. Esta mañana ha tenido que tratar con un director de banco. ¡Horreur!
No sé a quién temo/odio más, si a los directores de banco, a los funcionarios de correos o a los albañiles que vienen a casa a efectuar alguna reparación. Curiosas especies las tres, con todos mis respetos. Podría llenar un libro de anécdotas sobre ellas.  Todo llegará.
Con los primeros, en general, o eres un ladrón millonario en deudas o vas con la ametralladora preparada y disparas para que te hagan caso. Lo que más me enardece/encoleriza es que tengan el despacho lleno de títulos de famosas escuelas de administración de empresas y de másters en mil y una cosas y cuando un cliente se queja de un mal servicio no sepan salirse del apuro más que escudándose en el infantil "no es culpa mía" o en la ignorancia del cliente (esto último ya es para abofetearles directamente). Y que no sepan aguantar un chaparrón con estoicismo y elegancia, como correspondería al puesto que ocupan, y dar la vuelta al asunto para calmar al cliente en lugar de echar más leña al fuego. Me desesperan. Y cuanto más inepto veo al sujeto en cuestión en este aspecto, más adrenalina segrega mi sabio cuerpo. Y me crezco. Y me ensaño. Y me comporto como no debería comportarse una "señora" de mi edad y condición socio-económica-cultural.
La verdad es que en el fondo me divierte mucho ver a la otra persona chapoteando para no ahogarse en mi mar de insultos más o menos encubiertos. Si es alguien con experiencia, ya se le ha formado una coraza que le protege de estas situaciones. Pero si es un novato y encima sensible... la situación puede ser muy dramática o divertida. Depende de mi capacidad en aquel momento de ver hasta dónde puedo llegar y cuándo debo poner fin a mi bronca/diversión.
No voy a entrar en detalles, pero para eso tengo mi blog: para desahogarme. No es bueno quedarse la ira dentro.
Protegéos del diablo y de los banqueros, amigos míos. ¡Vade retro, satanás!

domingo, 21 de febrero de 2010

Els teus ulls

Veig els teus ulls
injectats en sang,
ben oberts com sempre,
però fixos,
clavats,
inerts,
desconcertats,
i se'm fa estrany
veure'ls així,
perquè
sempre es bellugaven,
inquiets,
vius,
curiosos,
cercant-ho tot,
lo visible
i lo invisible,
per tal d’entendre,
de saber.
I ara no hi veuen
i no saben,
 no entenen
què es
el que està passant.
I a mi,
se'm fa estrany
veure't així: mort.



(31 maig 2003)

viernes, 19 de febrero de 2010

Realidad y metáfora de la vida al mismo tiempo

Una ola empieza a formarse a miles de kilómetros de la costa. Avanza a trompicones y por fin rompe en la playa. El niño que ha construido un castillo en la arena ve con desconcierto cómo la ola lo deshace y se lo lleva.

lunes, 15 de febrero de 2010

Mis amados muertos, mis muertos amados

Por error mi última entrada ha aparecido en Alasmil. Se titula: Mis amados muertos, mis muertos amados.

lunes, 8 de febrero de 2010

La curiosidad

A veces despreciamos, es decir, no prestamos atención, a cosas que desconocemos  o que no nos llaman la atención y las dejamos pasar porque creemos que no nos interesan. No sentimos curiosidad. Dejamos que nos atraviesen creyendo que no van a dejar rastro. Pero pasa el tiempo y llega un día en que, por alguna razón, aquello vuelve a aparecer en nuestra vida y, ya sea porque hemos cambiado, ya sea por la experiencia que hemos adquirido, en aquellos momentos sí nos interesa y recordamos con nostalgia y rabia el rápido y esquivo vistazo que le echamos cuando lo tuvimos al alcance de la mano y lo apartamos. ¡Qué tonta fui!, pienso yo. Hay que tener curiosidad por todo.   No podemos ser tan orgullosos, tan pedantes, tan tontos como para creer que algún conocimiento nos es innecesario. Lo afirmo por experiencia propia. Curiosidad, curiosidad, curiosidad. Incluso para lo que no nos atrae. Hagamos un pequeño esfuerzo para no tener que arrepentirnos de no haber leído o escuchado con atención aquello que no parecía importante.
(Me ha quedado un texto un poco moralizante y tontorrón, ¿no? Pero acabo de ser presa de esa sensación de "¡Qué tonta fui!" y necesitaba expresarlo.)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Despedida

Pasaste por mi vida como un soplo de aire que me hizo renacer. Pero a diferencia de Ícaro tus alas se deshicieron para siempre. Demasiado pronto.  Apenas estábamos renaciendo. Los dos. Juntos. Tu paso por mi vida fue fugaz, efímero. Con el tiempo ese paso se va desvaneciendo.  Hago todo lo posible para que se desvanezca, para que desaparezca. Recordarlo todavía duele. Tal vez porque no tuvimos tiempo de construir nada juntos, de cumplir ninguno de nuestros sueños. Pero la impronta que dejó en mí, ahí está, en mis células, y no me abandonará jamás. Y tu despedida en el umbral de la muerte a más de mil de kilómetros de distancia sólo tú y yo la podemos comprender. Lo demás no importa.

miércoles, 27 de enero de 2010

Gatos gatos gatos

Gatos gatos gatos felinos de todas clases leones gatos leopardos gatos linces gatos panteras gatos gatos gatos gatos me persiguen me acosan me acechan me rodean con los ojos relucientes las uñas fuera el pelo erizado el lomo encorvado gatos gatos gatos felinos de todas clases leones linces leopardos panteras gatos gatos gatos ... me alcanzarán no lo sé por qué no me dejan en paz no tengo miedo pero  empieza a faltarme el aliento ... gatos gatos gatos ... adónde ir dónde cobijarme dónde refugiarme ... seguir corriendo ... gatos gatos gatos ... necesito aire ...

martes, 19 de enero de 2010

¡Jo, qué susto!

Acabo de tener el susto de mi vida. Conecto mi ordenador como cada día. Abro gmail para ver el correo y de pronto, antes de tener tiempo de escribir mi contraseña, oigo una potente voz (me parece que masculina: aún no me he recuperado del susto) salida de la nada. ¡Dios mío! -pienso-. ¿Tan mal estás que ya oyes voces? ¿O es que ya estás al otro lado y no te has enterado?
Sigo con lo mío como si no pasara nada esperando que la voz se calle porque no hay tecla ni golpe que la apague. Antes de aparecer mi página de mensajes, la pantalla se llena con la imagen del anuncio que la engolada voz de José Coronado y de una mujer me habían hecho dudar de mi cordura o de mi existencia física. Es de una asociación benéfica para que apadrines un niño, pero a juzgar por el tono de voz más parece el anuncio de una película de terror que una incitación a colaborar con una ong.
Y quiero denunciar este ataque publicitario auditivo por sorpresa. Ya no bastan las páginas publicitarias que aparecen de la nada; que aceptamos porque sabemos que Internet es un negocio. Pero que encima nos hablen sin avisar... me parece una agresión casi física, no apta para cardíacos y personas usualmente absortas que se sobresaltan con facilidad (tal es mi caso). En serio, me parece un abuso.

domingo, 17 de enero de 2010

En el umbral del sueño

En el umbral del sueño me arrebujo en la cama y me hago un ovillo, y unos brazos invisibles me envuelven suavemente y descienden conmigo al mundo del inconsciente. Qué paz...

jueves, 14 de enero de 2010

¿Por qué lllora la piedra del Parque Güell?


¿Llora la piedra del Parque Güell porque no alcanzó el objetivo para el que había sido ideado? ¿Llora por la desaparición de su creador, de forma casi ridícula, si es que puede haber alguna forma ridícula de morir, nada acorde con la talla del personaje? ¿Llora porque el parque se llena de turistas que sólo conocen Gaudí por las guías turísticas y no pueden, porque no saben, apreciar la verdadera grandeza de lo que ven y de lo que no ven, de lo que ven pero cuyo significado nadie les ha enseñado?  ¿Por la suciedad y la dejadez en que ha caído esa maravilla creada por el hombre aunque ayudado por la Naturaleza? ¿Por qué llora, la piedra del Parque Güell?

(Para quien le interese y no lo sepa, estas "lágrimas" se encuentran debajo del  celebérrimo banco sinuoso, en cuya parte de atrás  se halla un ingenioso sistema de recogida de aguas pluviales que van a parar a las no menos célebres columnas que sostienen la plaza del banco.)

domingo, 10 de enero de 2010

Lágrimas

Creía que ya no quedaban lágrimas en mí / tantas he derramado / pero el manantial que imaginaba seco / agotado / ha vuelto a brotar y mis ojos / son una fuente que no para de manar. / Dejo resbalar las lágrimas / por mi smejilla s/ el mentón / el cuello / hasta que se diluyen / al deslizarse por mi cuerpo / acariciándolo. / Hay que dejarlas fluir...

lunes, 4 de enero de 2010

Los reyes magos

¿Qué me traerán los Reyes Magos de la larga lista que les puse en la carta?
Cuánto me gusta soñar que es cierto, que una noche al año vienen unos magos que, como el hada madrina de los cuentos o Aladino, te conceden alguno de tus deseos, hacen que se cumpla alguno de tus sueños, te permiten dejarte llevar por la fantasía e imaginar (y creer al menos por una noche) que vivimos en un mundo sin guerras, sin hambre, sin penurias, sin muertes incomprensibles, sin (vejez en) soledad, sin sufrimiento, sin resentimientos, sin enfrentamientos, sin odio, sin tristeza... Cuánto me gusta revivir ese día de mi infancia, la noche más larga del año pero la más corta de sueño. La emoción, la incertidumbre, la curiosidad... Y la alegría cuando por fin mi padre anunciaba: "¡Ya os podéis levantar, que los Reyes ya han pasado!". El único día del año en que no me hacía le remolona y me levantaba de un salto.
Transcurridos un buen montón de años sigo escribiendo la carta a los Reyes Magos -ahora mentalmente- y disfruto viendo la alegría de los niños. Pero cuando me levanto por la mañana mi zapato está vacío, porque las cosas que pido no pueden traérmelas los Reyes Magos. Algunas dependen del destino o del azar; otras, del hombre. Y unas cuantas, de mí misma.
Pero yo seguiré soñando con los Reyes Magos cada 5 de enero, y el día en que no sea capaz de hacerlo... no seré yo.
(Por cierto, soy antimonárquica. Pero los Reyes Magos no cuentan: a pesar de su título son magos, no reyes.)