martes, 19 de enero de 2010

¡Jo, qué susto!

Acabo de tener el susto de mi vida. Conecto mi ordenador como cada día. Abro gmail para ver el correo y de pronto, antes de tener tiempo de escribir mi contraseña, oigo una potente voz (me parece que masculina: aún no me he recuperado del susto) salida de la nada. ¡Dios mío! -pienso-. ¿Tan mal estás que ya oyes voces? ¿O es que ya estás al otro lado y no te has enterado?
Sigo con lo mío como si no pasara nada esperando que la voz se calle porque no hay tecla ni golpe que la apague. Antes de aparecer mi página de mensajes, la pantalla se llena con la imagen del anuncio que la engolada voz de José Coronado y de una mujer me habían hecho dudar de mi cordura o de mi existencia física. Es de una asociación benéfica para que apadrines un niño, pero a juzgar por el tono de voz más parece el anuncio de una película de terror que una incitación a colaborar con una ong.
Y quiero denunciar este ataque publicitario auditivo por sorpresa. Ya no bastan las páginas publicitarias que aparecen de la nada; que aceptamos porque sabemos que Internet es un negocio. Pero que encima nos hablen sin avisar... me parece una agresión casi física, no apta para cardíacos y personas usualmente absortas que se sobresaltan con facilidad (tal es mi caso). En serio, me parece un abuso.

1 comentario:

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Bárbaro intrusismo, aunque sea con finalidades caritativas. Haces bien avisando, Alasmil, para evitar sustos innecesarios.
Un abrazo.