viernes, 20 de noviembre de 2009
Cambio de nombre
Disculpad mis torpezas, mis vacilaciones, mis pifiadas. Ya dije que me llevo mal con la técnica, y parece que con los ordenadores en concreto la relación es fatal. Yo quiero mucho a mi ordenador, pues es mi herramienta de trabajo: lo cuido, lo mimo, le hablo, lo acaricio... Pero sus entrañas se me resisten y me hacen jugarretas. Por ejemplo, después de estar un buen rato siguiendo sus instrucciones desaparece todo lo hecho y vuelvo a estar al principio. O se cuelga (bueno, eso es "genético" en todos los ordenadores). O se queda horas indicando "cargando" y al final no ha cargado nada.O escribo y a la hora de enviar me "ordena" (de ahí viene la palabra "ordenador", jaja) que haga algo que resulta imposible y entro en una cinta sin fin... Bueno, todos tenemos un historial al respecto. ¿O no?
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